Esta curiosa serie, fruto de la editorial de cómics «Vértigo», ha comenzado a estrenar su segunda temporada, a partir de los acontecimientos que finalizaron la primera temporada.
Nuestra protagonista, Liv, ve que la cura o presunta cura no sirve. Al menos no sirve temporalmente, ya que la sangre «zombi» de la gente puede volver a volverse como antes y volver al estado «zombi». Eso sí, a los que les ha aplicado la cura ahora tienen una nueva característica: cuando se encuentran con un zombi, su pelo se pone de punta. Eso resulta práctico y útil para ser por si mismos un detector de zombis.
La compañía que hizo las bebidas que, mezcladas con la droga adulterada, consiguió a los jóvenes festeros convertirlos en zombis, han averiguado que estos existen, y se han dado cuenta de que nuestra protagonista es una de ellos y su novio también, con lo que chantajea al novio para que los vaya matando a todos, incluido ella, o si no dirá al mundo entero la existencia de los zombis. Obviamente esto deja al novio de la protagonista en una situación complicada.
Mientras, el zombi o ex zombi malo que quiso hacer negocios con los cerebros para comer, ahora ha montado una funeraria, y así los cerebros les vienen solos, como él quería desde el principio. Pero no se ha vuelto honrado este personaje, ya que ahora tiene una partida de la droga que convierte en zombis a la gente, y veremos a lo largo de esta segunda temporada qué es lo que quiere o pretende hacer con eso.
En definitiva, una interesante segunda temporada que veremos.
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