«Mad Max» es una buena película en general, no hay que dudarlo. El «universo» que crean en esta película la verdad es que está muy bien hecho y los coches que participan en las persecuciones son de diseños divertidos. Eso sí, la «esencia» de la saga Mad Max del protagonista Mel Gibson… no la consiguen. Falta Mel Gibson como el gran Max que actúa de héroe, sin quererlo.
La película explica que tras una hecatombe nuclear la Tierra está casi sin agua y casi toda es un enorme desierto, donde el líquido precioso más que el agua es la gasolina. La gente mata por la gasolina para que sus vehículos funcionen en estas improvisadas carreteras que forma la tierra llena de polvo y arena.
El Inmortal Joe es el malo malísimo de la historia que ha formado una especie de ciudadela en la montaña donde él es el sádico lider, y Charlize Teron es la mujer que saca de ahí a las «Reproductoras», jóvenes que pueden tener hijos. Para que no las violen y las maltraten Teron se las lleva y todo el ejército de los villanos va a por ella a recuperarlas.
Max en esos momentos es un prisionero que se ve liberado gracias a la primera de las persecuciones y, aunque al principio no quiere ayudarla a ella, al final se hacen amigos y van a por el líder de la banda y sus secuaces. En unas grandes persecuciones, amenizadas por los tambores que están en un vehículo y a un loco que va con la guitarra eléctrica en otro cada vez que se inicia y acaba la persecución, al final derrotan a todos y matan al líder de todos.
El final de la película es previsible, ya que quieren hacer rey de ellos a Max pero él se va en solitario y deja que la Líder sea la misma Charlize Teron.
Sin duda, la recomendamos.
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