No nos equivoquemos: es una absurda historia, como todas, de jóvenes con hormonas demasiado alteradas en fraternidades de universidades, pero la diferencia entre esta película y las otras es que aquí se ve un poco la burla y la ironía de estas tonterías que hacen los americanos.
El argumento es que una fraternidad que se dedica a hacer concursos de cante sin música, es decir, a capella, a viva voz, mete la pata y queda descalificada y quiere, este nuevo año, reunir a otros miembros para intentar llegar a la final, e incluso ganarla. Para ello, reúne a las únicas «frikis» que convencen para pertenecer a dicho grupo.
Tienen que pelearse contra sus grandes enemigos, un grupito de cantantes también que siempre ganan. Al final consiguen ganar, pero no sin antes tener algunas aventuras la verdad es que bastante graciosas. La recomendamos por que de vez en cuando, te hacer reir, aunque la historia de las universidades y sus chiquilladas es bastante penosa, como siempre pasa en este tipo de películas.
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