Nos reímos mucho con esta película, ya que Ben Stiller hace un gran papel aquí, como nos tiene acostumbrados.
Aquí el protagonista hace de un director de un hotel de lujo el cual vienen gente de negocios millonarias. Uno de sus mejores clientes resulta ser un defraudador sin saber nada y les ha hecho perder todas las jubilaciones de sus empleados. Cabreado por esto le empieza a romper el coche que tiene en el ático de su hotel, a modo de capricho, y le despiden.
Entonces se da cuenta de que esos millones de dólares que dice que ha perdido en realidad están en el vehículo, y a partir de ahora el plan es robar el coche, bajándolo por el tejado piso a piso, para recuperar el dinero. El dinero no es tal en efectivo, sino que está rodeado de oro: el coche en sí está compuesto por planchas de oro que van troceado y devolviéndolo a sus empleados.
Así, se consuma su pequeña venganza contra ese desalmado. Recomendamos la película.
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