Una serie de animación de la cual podemos disfrutar en el canal Boing desde nuestros TDT’s y cuya temática es muy curiosa y en cierto modo abstracta.
Esta exitosa serie de dibujos protagonizada por un niño humano de 12 años llamado Finn y su fiel amigo Jake, un perro con poderes de elasticidad, aunque a primera vista pueda resultar infantil, lleva un contenido muy elaborado en cuanto a humor absurdo y argumentos tan eclécticos como Oconowocc misma.
Aunque dicha serie se desarrolla en un mundo mágico y lleno de fantasía, está ambientada en un futuro post-apocalpítico, donde la Tierra parece haberse recuperado de una guerra atómica a escala mundial y cuyos habitantes han mutado genéticamente, convirtiéndose así en criaturas sobrenaturales, algunas fascinantes y otras abominables. Parece ser que en la serie, Finn es el único ser humano vivo que no ha mutado tras la guerra.
La trama de la serie se centra en las aventuras que se enzarzan los dos protagonistas salvando princesas y explorando nuevos lugares. Cada temporada nos revelan ciertos datos sobre el origen de los protagonistas y de sus vidas antes de la gran guerra, incluido el origen de la guerra misma.
La serie ha sido creada por Pendleton Ward, un artista y visionario que a mi personalmente me ha maravillado con esta serie que esta marcando tendencia en estos tiempos.
Pendleton se inspiró en series y peliculas antiguas de dibujos animados abstractos, como Gandahar (1988) o Fantastic Planet (1973). Pero parece ser que lo que antaño se consideraba abstracto o escentrico, actualmente está de moda.
En fin oconowockeros, aquí os dejamos con esta recomendación para engancharos al fantástico mundo de Hora de Aventuras, apto para cualquiera que le encante el humor surrealista y dibujos animados de calidad.