Hoy he visto un mensaje publicitario en la televisión divertido. Sale la representación de la Iglesia Católica, como una organización que solo se dedica a hacer obras de caridad, de personas jóvenes sonrientes, niños comiendo gracias a ellos y todo lleno de armonia y felicidad.
Bueno que la Iglesia hace actos de caridad, no es mentira. Cierto es… pero no todo es felicidad como se quiere decir en el anuncio. Pero no me voy a meter en ese tema. Simplemente, quiero recordar que desde hace siglos y gracias a un convenio con el Estado, único en el mundo, la Iglesia Católica goza, repito, desde hace siglos, de unos privilegios inconmensurables.
Dinero, de cifras equivalentes a miles de millones de euros, son los que han aportado y siguen aportando anualmente a la , parece, única religión oficial del país, trato que es injusto ya que en España hay muchas otras religiones de aceptación general y no reciben ni un duro por parte de la administración.
Las iglesias, están siendo subvencionadas cuando quieren construirlas, aunque se están vaciando de gente, y qué decir del Vaticano, que ahora se ha convertido en Estado propio. Con lo que, me parece lamentable que encima quieran más dinero cuando han tenido un genial trato de favor de parte del Estado desde siempre.
Si necesitan dinero, que el Vaticano empiece a vender sus impresionantes frescos y monumentos que tiene.