Esta película, que ignoramos si tendrá mucho éxito o no, está destinada a ser una nueva trilogía galáctica. No está mal la película, aunque quizás adolece de falta de intensidad en algunos ratos concretos. Los directores son los de «Matrix», por cierto, aunque es bastante fácil de entender esta vez.
Júpiter Jones es una chica al que su padre, astrónomo y amante de la observación de las estrellas, lo matan para robarle en su casa. A su hija la llaman precisamente Júpiter por que es el planeta preferido de su padre antes de morir.
Por cierto, en el planeta de Júpiter hay una especie de mina en el centro de la gran tormenta que es la mancha de Júpiter, donde una raza alienígena está esperando para conquistar el planeta Tierra. La idea de esta raza es que desde hace milenios está experimentando con los humanos para sacarles su «jugo» y tener inmortalidad. De hecho, la realeza de este planeta tiene más de 11.000 años de existencia.
Ellos mismos según dicen mataron a los dinosaurios para poder permitir que el ser humano empezará a crecer. Ahora que han conseguido agotar los recursos naturales de su propio planeta, los van a conquistar para matarlos y sacarles su energía vital. Pero hay un problema: Júpiter Jones es también de la realiza pero no lo sabe, y por eso se la quieren cargar ya que ella es la heredera del entero planeta Tierra… y ella no va a querer que la destruyan, y por eso se la quieren cargar.
Ahí entra en juego un mercenario cazador «licano» (ya que es un experimento, mitad lobo mitad hombre) que es Channing Tatum que se dedica a protegerla para que no la maten. Está de más el hecho de que al final la salva, la hacen reina y se enamoran, pero quizás otras razas alienígenas quieran conquistar la Tierra, por eso harán la segunda parte si es que tiene el mínimo éxito esperado.
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