Lo peor que le podía haber pasado al Valencia, después de haber trabajado para al menos acabar con empate y después de todo el rollo, lo peor, era que en el minuto 89 el Sevilla hiciera el 2 a 1.
Un desajuste en la defensa, para variar, hizo que el campeón de la Copa del Rey, el Valencia, le vayan a destronar.
Lo peor es que salen tocados anímicamente, muy tocados, y este fin de semana tienen otro vital partido de Liga para no descolgarse de la Champions. La única posible ventaja, parece, es que al menos ya tienen que preocuparse solo de dos competiciones.
La final, que era en Mestalla, con lo que le hubiera dado mucha ventaja al Valencia, se esfuma. En Mestalla no se verá al Valencia, se verá al ganador del Atlético de Bilbao – Sevilla y Barcelona – Mallorca.
Triste noche para el Valencia, que vió como su duro trabajo se esfumaba en un minuto. Al menos, César, el portero del Valencia, actuó con seguridad. Buen sustituto de Renan.
Lo que tiene que hacer ahora el Valencia es olvidarse de ayer y pensar en el domingo, contra el Almeria. No hay tiempo para lloros.
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