Las guerras se destacan por su crueldad intolerable. La tecnología armamentística mucho ha apoyado a estas severas matanzas, intentando crear las armas más terroríficas posibles. Desde las antiguas espadas hasta los primeros revólveres, pasando por las escopetas de doble impacto, ametralladoras, misiles a propulsión, etc… Pero… el arma más terrorífica posible, peor aún que una catástrofe nuclear, es el mismo clima. El Gobierno que invente un arma, un sistema sofisticado, para controlar la climatología para atacar a su enemigo, habrá ganado muy probablemente la carrera armamentística.
Y ha habido varios intentos. Por ejemplo, en la Guerra del Vietnam, donde EEUU intentó repartir estopa contra los vietnamitas y perdieron por mucho que Chuck Norris diga lo contrario en sus películas, se intentó controlar el clima. ¿Cómo? Soltando desde avionetas una intensa capa de una sustancia que pretendía crear nubes y más nubes para provocar terribles tormentas. Se quedó en un intento. Por cierto, ese proyecto lo llamaron «Proyecto Popeye». Estos americanos y sus nombrecitos…
Se dice, se opina o se elucubra, que las compañías de seguros también intentan controlar el clima: por ejemplo, en la región del Mediterráneo donde cae con fuerza la temida «gota fria», se ha llegado a decir (nosotros ni afirmamos ni desmentimos nada…) que lanzan aviones a las nubes para dispersarlas a base de ultrasonidos, así se evita la «gota fria» lo más que se pueda. Claro, también produce el efecto contrario: deja de llover y la sequía se alarga más y más.
Algunos teóricos de los alienígenas incluso dicen que el Diluvio Universal sí que existió pero que fue un ataque alienígena contra la humanidad para cargársela a base de crear nubes y sistemas tormentosos terribles en toda la faz del planeta… obviamente no han leído mucho el libro de Génesis.
Pero aún hay más: en el mismo Estados Unidos hay una organización que se dedica a ello, la Weather Modification Organization, que afirma que en más de 24 paises por todo el mundo se han llevado más de 1.000 intentos para modificar el clima. Y esto comenzó aún antes del año 1950, donde algunas empresas comerciales se anunciaban por algunos estados de los Estados Unidos ofreciendo sus servicios para hacer llover y así favorecer sus cosechas. Sobretodo se utilizado yoduro de patata que, mezclado con las nubes, se supone que hace llover.
En Israel y Palestina han hecho verdaderos logros para que parte de sus desiertos florezcan naranjos, palmeras, y un largo etcétera de cosas gracias a que han hecho llover más y a un sofisticado sistema de riego por goteo.
En definitiva, que no nos quepa duda que ahora mismo algún gabinete secreto de Obama allá en Estados Unidos esté investigando sobre cómo enviar tormentas a otros paises, ciclones, tornados e incluso, aunque no tiene nada que ver con el clima, intentar provocar terremotos a distancia.