Realmente lo que consiguió Jordi Evole con su falso documental sobre el 23-F es que mucha gente, pero mucha más de la que nunca jamás se reconocerá, se haya creído lo que él dijo mediante una serie de periodistas y directores de cine. Y la pregunta sigue en el aire: ¿tan crédulo es el ser humano que se cree todo lo que le echan en la televisión?
¿Y si Jordi Évole hubiera dicho que el 23-F fue una conspiración alienígena para que España fuera base de pruebas de los extraterrestres, con «testimonios» que así lo atestiguaran? Seguro que mucha gente también se lo creería. Lo que demostró Évole en este magnífico reportaje fue que somos esclavos de lo que vemos en la televisión y, en menor medida, oímos en la radio.
Que todavía hay «fantasmas» en el famoso 23-F es cierto. Quién sabe si todo fue influenciado por alguna potencia extranjera o que lo que nos han contado es todo mentira y hay mucho más de lo que habíamos creído. Nadie lo sabrá nunca, como siempre pasa en estas cosas; pero la broma de Jordi Évole ha servido para demostrar que ojo con la Historia, por que según quién cuenta la historia tiene unos matices diferentes. La Historia no es una ciencia exacta (ni las Matemáticas muchas veces son «exactas») con lo que hay que cogerla con pinzas.
Desde Oconowocc.com, damos la enhorabuena a Évole por que desde luego, el documental fue muy divertido, y sobretodo, muy convincente.
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