Nos hace bastante gracia esto del nuevo Papa. Al parecer hay 15 «papables» (váyase a saber de dónde surgió esta palabra…) y cada continente prefiere uno que sea del suyo, claro.
Está el papa negro, está el papa sudamericano, el papa oriental, el papa típico blanco europeo… y claro, cada ciudadano de su país quiere al suyo propio. En Italia quieren uno italiano que dicen que no tienen uno hace tiempo, y cada uno tira a su propia casa. ¿Qué «intrigas vaticanas» hay para los 115 cardenales vayan a elegir al que quieran elegir? ¿Cuáles son sus criterios? ¿Espirituales…? Lo dudamos.
Quizás quieran elegir a un Papa menos «dogmático» o más «progresista» que el último, Ratzinger. Quizás quieran uno más «moderno» por que ven que se les está yendo de las manos. ¡Quién sabe! Solamente se sabe que habrá «fumata blanca» y los que estén en la plaza del Vaticano empezarán a aplaudir sin saber cómo habran elegido al nuevo. Y claro, a partir de cuando salga la fumata blanca, según las normas del catolicismo, ya será infalible; minutos antes, no.
Asi que, como suele pasar en estos casos, la oscuridad medieval y lo misterioso de estas curiosas sesiones a puerta cerrada (de ahí lo de «cónclave») será como siempre ha sucedido desde que se formó en el Imperio Romano el catolicismo.
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