Hemos hecho por fin la Estrella de la Muerte en versión Lepín, y, como ya intuíamos, no lo recomendamos.
Las 3.803 piezas, que cuando se acaba es prácticamente igual que la versión de Lego, tuvieron muchos problemas. Por ejemplo, faltaron 3 piezas importantes. Tan importantes como que hay una serie de armas que as tuvimos que poner fijas y no se pueden mover para hacer como que gira la plataforma. Por otro lado, algunas piezas grises se acabaron y tuvimos que poner piezas negras, que en algún caso sí que «canta» un poco en la cubierta de la Estrella de la Muerte.
Pero lo peor fue que nos faltó el hilo. Sí, hay un hilo para formar una polea, y la tuvimos que montar nosotros con hilo de coser. Una pieza tan particular como el hllo, ¿cómo es posible que no estuviera…? En fin, posiblemente impensable para la marca Lego, pero claro, la Estrella de Lepín eran unos 60 euros y con Lego son 400 euros y pico: la diferencia de dinero se nota.
Lo que casi nos mata es el hecho de acabar el remate del rayo: y es que está mal diseñado, y la cubierta que simula ser el rayo y las piezas amarillas fluorescentes que hace de «energía» fue imposible de montar bien, y tuvimos que improvisar una base (que está apoyada en la misma Estrella, no conectada) y poner un hilo para que las piezas amarillas pudieran estar juntas. Muy mal Lepin en eso, ya que es un fallo de diseño importante.
Y como siempre, preferimos Lego más que nada por que las piezas están separadas por bolsas, y en Lepin, tienes que ocupar toda la mesa e ir pieza a pieza montando todo. Un Lego es mucho más ordenado y de más calidad.
Por lo tanto, en nuestra investigación, recomendamos Lego por calidad y por diseño, aunque si es por precio y no hay mucho presupuesto, es evidente que Lepín se lleva la palma.