Colaboraciones Oconowocc: Carlos Reyes
Con esa frase, un buen amigo me describía previamente una de las películas que este año marcarán la diferencia. Fue la frase necesaria para que me dispusiera a hacer los arreglos pertinentes y disfrutar de un agradable rato sentado en una butaca de oro –las entradas de cine son cada vez más “baratas”–. ¿Y qué me encontré? Mis expectativas fueron superadas.
La película se movió bajo un marco de drama y ansiedad. El drama que rodea el ya conocido tema cinematográfico que forma la base de la película, y la ansiedad que genera el ver si se salvarán o no los protagonistas –se basa en una historia real sufrida por una familia española–. Durante toda la película se percibe el sufrimiento de unos supervivientes más “reales” de lo habitual. Todo comienza con unas placenteras vacaciones que muy pronto se tornarán en una auténtica pesadilla que conducen a los espectadores a viajar en el tiempo hasta sentir que los tobillos perciben la humedad del lugar, que nuestra camisa se empapa con el agua fangosa que ahogó miles y miles de desconocidas vidas. ¿Cómo termina? Tranquilos, amigos de Oconowocc, sencillamente os invito a verla, ya sea en el cine o en casa cuando llegue al videoclub del barrio.
Lo que me ha quedado de este film es muy grande, muy fuerte. Fui preparado a dejar aflorar mis sentimientos, dispuesto a que la grandeza de ese terrible drama golpeara todo mi ser hasta arrancarme rasgadas lágrimas, las cuales se deslizaran tan rápidamente por mis mejillas como el impresionante mar avanzó por la paradisíaca tierra tailandesa. Y por muy preparado que fui no pude impedir que la piel se erizara en bastantes partes de la película. No, no lloré, pero solo me mantuve rígido por fuera. Poco a poco el tema fue apoderándose de mí.
Me encanta dirigirme a vosotros para trasladaros historias fantásticas y misteriosas sobre tesoros ocultos o personajes históricos eternos en nuestra memoria. Sin embargo, en esta ocasión, os hago una invitación para que disfrutéis de un film que no os dejará indiferentes. Fantástica, maravillosa, terriblemente conmovedora y, sobre todo, una nueva joya de un gran arquitecto.
Un saludo a todos mis amigos de Oconowocc. Os espero en Facebook (Carlos Reyes perfil escritor)