Una película que da un giro de tuerca curioso al fenómeno zombi. El argumento trata de que el virus que hace a la gente zombi es controlado, y se inventa una especie de cura hecha con proteínas humanas que, no lo cura al 1005, pero tomándoselo diariamente el afectado puede «retornar» a ser humano controlando el virus que jamás se irá de su organismo. Eso sí, tiene que tomárselo todos los días ya que si no se lo toma un día concreto, las barreras bajan y el virus zombi lo convierte irremediablemente y para siempre en un zombi al que tendrían que matar.
El problema viene cuando el suministro empieza a fallar, ya que las proteínas humanas de donde lo sacan empiezan a escasear. La ciudad y el mundo entero se convierte en un polvorín y empiezan las revueltas sociales, hasta que el Gobierno no encuentre un sustituto artificial a esta solución transitoria natural.
Nuestros protagonistas es un matrimonio joven que él es el infectado. Él es curiosamente uno de los protagonistas de la mala serie «La Reina de las Sombras». Se le acaba las dosis, y sabe que irremediablemente se convertirá en un zombi si no encuentra alguna dosis adicional, y esa es la lucha que tanto él como su mujer están peleando.
El final es trágico, ya que no le queda ninguna dosis, y acaba como la película «La Niebla», ya que ella al final le pega un disparo justo cuando el mundo en general está celebrando que se ha encontrado una cura sustitutiva. Mal final, muy trágico, para esta película, pero así son las cosas…
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