La última película de Jason Staham, que como el 100% de sus películas, todas son iguales, pero no es óbice para que no se vea, si te gusta el estilo de lucha de Staham. Por cierto, cómo mola la expresión «no es óbice»…
Esta vez hace de un vagabundo que lo es por que salió pitando de las Fuerzas Especiales del ejército de EEUU debido a las matanzas que hizo en Irak. Una vez vagabundo, debilitado y viviendo en una caja de cartón, mientras huye de una mafia que roba a los pobres, va a una vivienda vacía durante unos meses hasta que el dueño vuelve. Mientras, se va curando de sus aflicciones y volviéndose a entrenar para otra vez volver a ser el Jason Staham que todos sabemos y queremos.
Deshace la mafia, se enamora de una monja que le ayuda, y la película esta vez no acaba bien, por que la monja se va a vivir a una misión en Sierra Leona, y él vuelve a ser vagabundo, y queda que la policía le anda buscando. Excepto por este triste final, la película la realidad es que está bastante bien.
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