Una pena, pero ni el Ayuntamiento ni el Gobierno Central, perezoso como siempre con los temas de la ciudad de Valencia importantes, no se ponen de acuerdo. La ley Sinde, que declaraba como expolio la prolongación de Blasco Ibáñez, paralizó el asunto importante y el Ayuntamiento quiere seguir con él.
Invita de manera tajante al Ministerio oportuno a que modifique dicho planteamiento pero con la prolongación, y al parecer el Ministerio o no tiene recursos o no le da la gana hacer más, esperando quizás a una próxima legislatura. Si el barrio estuviera en Barcelona o Madrid seguro que ya estaría planificado y hasta ejecutado, pero como se trata de Valencia la llorona, pues así estamos.
Esperemos que el Cabañal, que podría convertirse en uno de los barrios más turísticos de la ciudad y destino de los cruceristas, vuelva a resurgir sea cual sea el plan que se haga, y que la ciudad cuente con otro atractivo turístico más, que sin duda lo necesita.
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