Colaboraciones Oconowocc: Carlos Reyes
En los últimos años, hemos oído hablar en repetidas ocasiones de un grupo de personas que se asocian desde tiempos memorables bajo la sombra de rituales y tradiciones antiguas. Esta sociedad «discreta» ha sido protagonista de innumerables novelas, destacando muy por encima la ya archiconocida, El Símbolo Perdido, escrita por el autor de otros tantos Best-seller, Dan Brown.
Pero otras tantas también han utilizado a este grupo como parte de una trama de oscuridad y misterio. Yo mismo la utilicé en mi primera novela, En la Sombra, o podría mencionar otras tantas más, como ejemplo, El Último Merovingio. Pero pocos son los que han hablado de una parte muy importante sobre esta antigua orden, el origen.
¿Cuál fue el origen de la masonería? Poco, (o mucho), se ha escrito sobre los inicios que tuvieron aquellos que hoy día defienden tres leyes básicas como pilar, igualdad, libertad y fraternidad. Si hay que ser sinceros, nada de lo escrito tienen un sólido fundamento, y ni los propios hermanos masones son capaces de afirmar cuál fue su verdadero origen, pero lo que vamos a hacer más es tratar de explicar algo. El origen de esta orden «discreta» se extiende hasta los días de Noe, según la versión de James Anderson (el autor de Las Constituciones de Anderson, la publicación que marca la pauta a seguir por todos los masones), pues decía Anderson que las pautas a tomar en cuenta en la construcción del arca provenían de los principios de la geometría y normas masónicas, pasando por la construcción del Templo de Salomón y a Francia hasta llegar al oficio de Inglaterra.
Otras versiones destacan el origen de la masonería en la antigua civilización Egipcia y babilónica, cuna del paganismo, donde se arraigaron los principios de la masonería. En este punto es cierto que parte de los rituales y símbolos masónicos tienen relación con la ideología y enseñanzas que se practicaban en estas antiguas potencias mundiales, así como el hecho del origen de estas en el conocimiento sobre astrología, alquimia y el cosmos. Otras versiones menos aceptadas llevan a la masonería a la antigua Mesopotamia o a la legendaria Atlántida perdida o incluso a los Esenios, pero el lugar donde todas concuerdan, el punto neutral, se recoge en el nombre de Hiram Abiff.
¿Quién fue Hiram Abiff? Se dice que fue uno de los artífices más notables de la construcción del Templo de Salomón (repito, se dice en la leyenda). Los operarios fueron organizados para la labor en una secuencia de grados similar al que utiliza la masonería. La muerte de Hiram Abiff asesinado lo convirtió en el centro de toda la simbología y estructuras masónicas. Es el personaje donde fluyen muchos ritos, ceremonias y signos masónicos.
Pero los primeros masones, nombre que proviene del inglés mason, o del francés maçon, comenzaron a reunirse de forma secreta en la época de la construcción de las catedrales e iglesias. Este conjunto de hombres eran albañiles (de ahí el nombre de la orden), un gremio poderoso en cuanto a conocimientos, que dominaban a la perfección la geometría, aritmética, retórica, astronomía, dialéctica y música (no hay que olvidar que sus símbolos principales son la escuadra y el compás), comenzaron a reunirse de manera asidua y secreta, en reuniones donde se intercambiaba el conocimiento de unos y otros y trataban de solventarse los problemas que surgían dentro de las construcciones.
Fabricaban cobertizos colindantes a la obra que llevaban a cabo, para no tener que desplazarse, y se dividían en tres grupos: el Aprendiz, el Compañero y el Maestro. Estos tres puntos componen hoy grados de la masonería actual. Con el paso del tiempo, la construcción de monumentos tan colosales comenzó a bajar, pero no dejó de permitir que los masones siguieran reuniéndose. A estos comenzaron a añadirse personas fueran del gremio de la construcción, como nobles, burgueses y demás, siendo llamados masones aceptados.
Pronto, la masonería original se iría convirtiendo en la Masonería Especulativa, como es conocida hoy en día, y tratando temas mucho más espirituales y teosóficos, creando una orden que trata de impartir buenas costumbres y profundos conocimientos.
En resumen, son algunas las teorías sobre la masonería las que llenan páginas y páginas de libros, y mucho lo que se puede hablar sobre el tema. Un servidor ha dedicado tiempo a conocerla más profundamente y así poder entenderla mejor. Una recomendación sobre el origen de esta orden discreta: si no lo habéis hecho, leed «Los Pilares de la Tierra», de Ken Follet, y «Un Mundo sin Fin». No tiene desperdicio.
¡Ah! Por cierto, el día de nació oficialmente la masonería fue el 24 de junio de 1717… el día de San Juan y del solsticio de verano. Claves masónica.