La heliofunda, explicado muy sencillamente, es la zona del espacio donde los vientos solares pierden fuerza tras viajar por el espacio exterior una vez salidos del fuerte Sol. Dichos vientos cuando pierden toda su fuerza es como si se consendaran, y curiosamente protegen todo el Sistema Solar para evitar que las radiaciones del llamado «espacio exterior» (lo que hay más allá del Sistema Solar e incluso de la galaxia Via Lactea) pueda penetrar en nuestro Sistema y arrasar todo lo que haya.
Si no existiera el Sol, evidentemente la vida en la Tierra sería imposible. Pero el hecho de estar donde está situado nuestro Sistema Solar y nuestro planeta hace que solamente en el extremo de nuestra galaxia se pueda haber creado vida. Y para más «casualidad», gracias al Sol y sus vientos solares que, si llegaran a la Tierra, acabarían con ella desecándola totalmente, cuando se van fuera del Sistema Solar hacen una funda protectora que es la llamada «heliofunda».
Se sabe bastante poco de ella; solamente se sabe que repele el 80% de las radiaciones cósmicas del Universo en sí tal como un paraguas protege a un 80% el agua que cae. El universo sería muy peligroso en sí mismo si no tuviéramos esta protección «extra». Cada heliofunda que existe mide unos 160 millones de kilómetros, cifras impresionantes solo para poder compararlo con algo.
Conclusión: para aquellos que digan que la vida en la Tierra es una mera casualidad, que tengan en cuenta los siguientes elementos: el agua en la Tierra, el tamaño de la misma Tierra, la distancia de la misma con el Sol y la Luna, los «gigantes» que nos protegen como son Saturno y Júpiter, la helioesfera que su magnetismo protege directamente la Tierra, la heliofunda que protege el mismo Sistema Solar, la posición del Sistema Solar dentro de la Via Lactea, y la misma Galaxia Via Lactea que está en una zona del espacio tranquila.