Una interesante pelicula de serie B pero muy, muy amena, y con un argumento novedoso, dentro del género de «casi-se-destruye-la-Tierra». El Sol se convierte por una serie de llamaradas solares en una magnetosfera, y eso hace que su planeta más próximo, Mercurio, y el metal que contiene dentro de él se vea repelido por culpa de la furia del Sol y… ¡vaya hacia la Tierra!
Al parecer no hay salvación posible por que de repente la Tierra se ve envuelta en una serie de catástrofes magnéticas potentes, como por ejemplo que todos los coches van flotando hacia el cielo, nubes espantosas, tormentas electromagnéticas y otros sucesos curiosos y de malos efectos especiales por cierto, pero el protagonista tiene una solución.
Es un científico repudiado hace años que nunca consiguió dar vida a su proyecto: una roca gigante del espacio que consiguió atrapar para instalarle una serie de motores cuánticos para formar una gran barrera electromagnética para repeler futuros meteoritos que pudieran amenazar la vida en la Tierra. Nunca consiguió hacerlo funcionar y le echaron, pero a los años sí que gracias a una nueva programación ya lo puede hacer funcionar, pero no le dejan intentarlo.
Prueban con unos misiles pero la fuerza electromagnética del mismo planeta los repele y se autodestruyen, y mientras la mujer del protagonista está atrapada en una nave espacial sin rumbo por que les pilló de lleno las llamaradas solares. La mujer acopla su motor a la roca con los motores cuánticos, y al final consiguen hacer repeler a todo el planeta Mercurio, alejándolo de la Tierra.
Malos efectos especiales, pues se nota demasiado que están hechos por ordenador, pero el argumento es interesante.
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