Interesante película que trata una vez más sobre los clones y sus efectos en la humanidad en general.
Un millonario por un cáncer está a punto de morirse, pero como tiene tanta «pasta», una empresa le ofrece el trasladar su mentalidad y conocimientos, sus recuerdos enteros, a un nuevo cuerpo diseñado para él. Él accede, no hay problema, pero le recomiendan que se tome una pastilla diaria roja para no tener alucinaciones al haber cambiado de cuerpo.
Pero eso no es verdad: los cuerpos no son diseñados, realmente son cuerpos que han muerto y que al morir es una cáscara vacía y por eso la transferencia mental es posible. El protagonista, ahora con un cuerpo jóven empieza a investigar y ahora la empresa lo quiere matar ya que empieza a saber la verdad, que es ni más ni menos que tráfico de seres humanos muertos. Y la pastilla roja es para ir «matando» poco a poco los recuerdos del cerebro anterior que todavía están en el órgano.
En definitiva, buena película que recomendamos.
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