Hacemos un breve intermedio en la reabierta saga de Misterios de la Humanidad, para comentaros lo que el equipo Oconowocc opina sobre Los Mercenarios. En una palabra: pe-li-cu-lón.
Sí, cierto es que la historia es bastante simple: un grupo de mercenarios al que uno de los directivos prominentes, Bruce Willis, que por cierto, sale solamente un minuto y medio, le encarga a los mercenarios. La misión, cargarse el Gobierno de una pequeña isla de habla hispana… que simula ser Cuba, por cierto.
Los mercenarios son simplemente geniales: dirigidos por Sylvester Stallone, está su mano derecha Jason Statham, el de Transporter y Crank, Jet Li, que tiene gracia pues se pasa la pelicula pidiendo un aumento de sueldo pues al ser pequeño, más pequeño que los demás tiene que trabajar más, y dos más que les ayudan pero que no resultan demasiado conocidos. Al final, evidentemente, en unas escenas de acción buenísimas, con reminisciencias de la reciente película John Rambo, consiguen la victoria y devuelven la paz a la isla, con críticas a los empresarios estadounidenses que movidos por el narcotráfico sobornan a sus dirigentes.
Hay dos momentazos en esta película: la primera, las dos peleas que tiene Dolph Lundgren, anterior mercenario al que le tienen que echar por irse un poco de la cabeza, contra Jet Li, que, resulta curioso, vence las dos veces Dolph Lundgren. Al final se arrepiente y vuelve a ser mercenarios a las órdenes de Sylvester Stallone.
El otro momento, mas friki y genial, es la aparición de Arnold Schwarzenegger, pues Bruce Willis contacta con los dos grupos de mercenarios comandados por Schwarzenegger y Stallone, para ver quién se queda con el trabajo que tiene que realizar. Se ve que se tienen mania los dos (quizás refiriéndose a que ellos han sido, y son, los más duros de la historia del cine en Hollywood) y bromean entre ellos. Prestad atención a cuando Willis llama a Schwarzenegger y aparece abriendo la puerta lleno de luces. También a cuando Stallone le dice, refiriéndose a que está un poco cansado y apático, que «es que quiere ser Presidente», y la sonrisa irónica y de complicidad que le hace a Stallone.
Sin duda, momentos, memorables en una película que evidentemente se sabe cuál va a ser el argumento de antemano, es bastante previsible la historia, pero es curioso como Stallone ha conseguido juntar a todos estos fenómenos del cine actual. Os la recomendamos, sin duda.