Impresionante película en relación con los efectos especiales, y la acción es muy buena. Lo mejor de la película sin duda es el actor, que por fin han acertado, Mark Wahlberg. Un actor que sí que da la talla frente a esta película del director Michael Bay que, una vez más, ha demostrado que es el mejor director del mundo respecto a las películas de acción relativo a la ciencia-ficción.
Sinceramente, no tiene el nivel de la tercera parte de la saga. La tercera parte llamada El Lado Oscuro de la Luna, donde Megatrón pretende en pleno Chicago (la llamada Batalla de Chicago en esta cuarta entrega) trasladar su extinto planeta, Cibertron, a la misma Tierra. Mejor, para nuestro gusto, es la tercera entrega que las 2 primeros y, desde luego, que esta cuarta.
En esta cuarta entrega, los humanos se han cansado de los Transformers en general, sean autobots que decepticons, y están persiguiéndolos como si fueran terroristas. De hecho, se han cargado a todos los decepticons y casi todos los autobots han sido aniquilados o han huido. Optimus Prime, seriamente huido tras una escaramuza con los humanos, se ha desactivado y tiene apariencia de un camión para el desguace hasta que lo encuentra el protagonista, un inventor que no consigue sacar a su familia adelante económicamente hablando.
Consigue el protagonista revivir a Optimus Prime y este, harto del ser humano, acaba siendo convencido de que una vez más ayude a los humanos debido a que el espíritu de Megatrón ha vuelto. Sí, una rama de la CIA secreta ha descubierto el genoma completo de los Transformers y están haciéndose robots propios, pero mejorados, y como han utilizado piezas de Megatrón, pues este se ha reencarnado con su mente en un nuevo cuerpo y mejorado. Al final, en una magnífica pelea esta vez en Hong Kong, Optimus Prime recluta a los primeros guerreros que poblaron el planeta, con forma de dinosaurios, y derrota al enemigo.
Buena película, recomendable para ver, sin duda.
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