Se considera el tebeo español con más números y años de duración, llegando a los 1219 ejemplares, una colección tremenda y buena por su contenido. El dibujo no es que sea espectacular, pero los guiones y la historia es muy buena. Además, pasa algo que en pocas ocasiones pasaba en el tebeo español: los protagonistas iban creciendo.
Si el jóven Don Fernando iba creciendo en el Guerrero del Antifaz, Pedrín iba haciendo lo mismo en las aventuras de Roberto Alcázar, el Intrépido Aventurero Español, que era como se conocía antes a esta colección. Fue creado en el año 1940 por Juan Bautista Puerto, propietario de Editorial Valenciana y el dibujante Eduardo Vañó.
Las historias tratan de Roberto Alcázar, valiente detective que se busca como ayudante a un Pedrín, huérfano y antes delincuente para sobrevivir al que encuentra como polizón en un transatlántico rumbo a Argentina. A través de sus aventuras su vínculo iría creciendo, así como su pericia, de tal manera que es Pedrín quien casi siempre salva la situación de los casos dados a los dos y quien soluciona las misiones que se les encomienda. Hubo polémica ya que se cuenta o se rumorea que el personaje de Roberto Alcázar se parecía mucho en los rasgos al general Primo de Rivera, aunque el dibujante siempre decía que no tenía nada que ver sino que representaba al típico señor formal de la época. Nunca se sabrá a ciencia cierta…
Acabó de editarse en el año 1976 y llegó a alcanzar más de 100.000 ejemplares por número, cifra inferior al Guerrero del Antifaz pero sin duda cifra elevada para los tiempos que eran. Los enemigos de ellos eran las clásicas bandas de gangsters, así como científicos locos que (¡cómo no!) quieren dominar el mundo y Roberto a base de derechazos y zurdazos les acaba convenciendo de que cambien de idea y Pedrín a base de su clásico y típico cachiporrazo. Gracias a Pedrín viene la expresión «¡Ostrás, Pedrín!», del genial personaje ayudante de Roberto Alcázar, por cierto.
Pero uno de los enemigos mejores que tuvo fue el Hombre Diabólico, al que le hicieron una saga que duraría todo un año intentando pillar y encarcelar a este personaje siniestro. Muy buena historia y llena de acción, a raudales.
Como siempre, la transición española tuvo, con su horrible Censura, sus críticas graves, para variar, en contra de estos personajes. Por ejemplo, se decía que Pedrín era racista contra los negros, se decía que en contra de la inteligencia de los villanos estaban los tortazos de Roberto y Pedrín, dando un mal ejemplo a los niños y a la sociedad en general, e incluso se decía que Roberto y Pedrín eran homosexuales, llegando a más allá de una simple relación cordial detective-ayudante. Imbecilidades semejantes les hicieron la vida imposible a Vaño y a su guionista.
Para concluir, recomendamos, una vez más, la lectura de estos tebeos míticos valencianos, fruto de una gran imaginación y aventuras policiacas que ya les gustaría a los de CSI tener. Muy buenos personajes, fruto de una maravillosa edad de oro del tebeo español. La pregunta es.. ¿para cuándo una buena película de Roberto Alcázar y Pedrín?