Acaba la primera temporada de The Good Doctor, y la verdad es que nos ha dejado un buen sabor de boca.
El doctor que tiene autismo al final se va haciendo un hueco poco a poco en lo laboral, pero en lo personal cada día está peor. Conoció a una vecina que hasta le dió un beso, pero le rompió el corazón por que se traslada de estado. El vecino que tiene ahora no quiere ser su amigo y lo que hace es gorronearle la televisión por cable, no queriendo socializar con él.
Por el contrario, se pelea contra su mentor pero cuando este le informa que tiene un tumor cerebral inoperable, el doctor le intenta convencer de que se haga más escáneres. Gracias a su insistencia, él lo hace, y tenía razón el doctor, ya que no es inoperable y, aunque es grave, es operable además con unas dosis de quimioterapia. Demuestra, una vez más, que es un magnífico doctor.
¿Cómo acaba la primera temporada? Que por culpa de la noticia de que su mentor tiene cáncer cerebral, se distrae en una operación y mete la pata y provoca un aneurisma que consigue el mismo recuperar. Pero se siente culpable y decide comentárselo a su mentor y al final deciden ir al que le quiere disputar el puesto a dicho mentor. En el primer episodio se dijo (y lo tiene grabado), que si el doctor Murphy resultaba menos que excelente y metía la pata, no solo lo despediría sino que su mentor dejaba de ser el presidente del hospital. Así, a pesar de esto, los dos van a verle.
Y asi acaba la primera temporada. En la segunda, se verá si al final despiden a los dos o siguen en el hospital.
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