Marx fue «otro que tal» en el mundo vano de la filosofía. Nació en 1818 y murió en 1883.
Fue el «filósofo económico», ya que sus ideas más importantes se centraron en una idea politica tan fuerte y tan influyente que de ahí nació el llamado «comunismo».
Ni que decir tiene que el comunismo, así como el capitalismo, ha sido un fracaso absoluto, un timo a niveles de la humanidad entera. En Europa del Este, en la profunda China y en la antigua URSS el comunismo no valió para nada.
Marx afirmó que las creencias en Dios y las religiones en general son resultado del alienalismo del ser humano. Es decir, el ser humano se va convirtiendo en menos humano por el hecho de tener creencias. Es más, le provoca conciencias falsas, con lo que el mecanismo que nosotros tenemos de la conciencia según Marx es producto del error.
Luego a lo largo de los años asegura que para que el ser humano no esté alienándose tanto, tiene que ser comunista, es decir, el hombre como hombre mismo. Una vez más, se ha quedado demostrado que tampoco las teorías del pensamiento de este filósofo no han servido tampoco para mejorar la humanidad.
Con lo que, y en conclusión a mi serie de articulos sobre algunos grandes filósofos como Platón, Rousseau, Nietzsche y Marx, ¿qué hemos querido demostrar?
1) que la carrera de Filosofia, con todos los respetos a los que la estudian, no sirve para nada, por que refleja pensamientos de personas que no han conseguido nada más que salir en los libros de Historia.
2) que a lo largo de la humanidad se ha probado muchas teorías económicas pero ninguna vale un pimiento frito.
3) que estas personas y hombres tan pensadores escribieron muchas obras pero solo consiguieron cierto grado de reconocimiento y unos cuantos discípulos, pero nada más.
Conclusión: la filosofía solo sirve para comprobar cuanta variedad de «soluciones» puede aportar el ser humano, pero a la hora de la verdad, todo sigue igual.