Una vez más, nos hemos levantado mirando al cielo viendo una enorme franja negra de humo y el olor a quemado, junto con las cenizas revoloteando por el aire y cayendo a nuestra ropa y a los coches, anunciando lo que nos temíamos : otro nuevo incendio preparado para arrasar otra masa forestal de la provincia de Valencia.
Por si eran pocos las 50.000 hectáreas de la zona de Turis, Macastre, Dos Aguas etc, ahora el término de Chulilla cuenta con 5.500 hectáreas menos de bosque. Y eso que cada vez llueve menos: pues si cada llueve menos y hay menos bosques, lloverá aún menos, pues son los bosques quienes atraen las lluvias. Y la sequia empeora la crisis económica ya que se tiene que hablar de pérdidas para los agricultores y de un futuro plan Hidrológico que necesariamente implica inversión para tener agua.
Intencionados. Los incendios, la mayoría, son intencionados. ¿Por qué? ¿Solamente los pirómanos locos son los que los producen? Resulta difícil asimilarlo… debe haber algo más. Y lo que podrían hacer los gobiernos es fomentar la limpieza en los montes: seguro que los parados que necesiten ingresos mensuales debido a la precariedad de su situación les vendría genial ese trabajo, productivo, necesario, y que les daría una paga mensual. ¿Por qué nadie se lo plantea?
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