Una vez más, el fenómeno de los tornados y los alienígenas que pretende conquistar nuestro querido y estropeado planeta se vuelven a cruzar. Pero encima, de tan bajo presupuesto que es esta película los extraterrestres ni salen para nada.
Una serie de tornados extraños, ya que parecen tener rumbo propio y están llenos de luces y sonidos de máquinas van azotando las poblaciones de las afueras de Chicago como si estuvieran buscando algo, hasta que 4 o 5 de golpe empiezan a invadir la misma capital de Chicago. Se descubre después que son alienígenas de naturaleza energética que atraidos por las bandas anchas de las señales del planeta pretenden conquistarla. No, no dan mucha más explicación…
Al final tanto el protagonista como su compañera, ayudados por el FBI que también se acerca para investigar los sucesos (aunque estos ya sabían el componente alienígena del asunto…) consiguen crear una nueva señal que hace desactivar todos los tornados de golpe y expulsar a los extraterrestres hechos de pura energía de la Tierra.
Efectos especiales pésimos y argumento demasiado sabido y predecible.
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